
¿Por qué añadir semillas a los batidos?
Los batidos verdes son ya un clásico entre los desayunos healthy. Se han convertido sin lugar a dudas uno de los desayuno más saludables, ligeros, depurativos y fáciles de preparar.
Los batidos verdes nos permiten dar un respiro a nuestro sistema digestivo. Nos aportan una dosis enorme de nutrientes de calidad y además no nos roban energía, puesto que van ya en formato «predigerido», ahorrándonos el esfuerzo digestivo que conllevaría un desayuno convencional.
Además contienen una elevada cantidad de fibra probiótica, es decir, fermentable por nuestras bacterias amigas, ayudando a mantener en buen estado nuestra microbiota. Pero no sólo eso, es que además, esa estupenda fibra que nos aportan, actúa como una esponja atrapando la toxicidad acumulada en nuestros intestino y arrastrándola a través de ellos para finalmente ser expulsada.

Cereales saludables y dieta alcalina
A menudo mis clientes tienen muchas dudas sobre los cereales cuando acuden a mi consulta para hacer sesiones de coaching nutricional. Y es cierto que el tema cereales da mucho de sí. Cada corriente alimentaria tiene una opinión muy diversa sobre el tema. La macrobiótica y la cocina energética ensalzan su valor, el crudiveganismo los descarta por considerarlos alimentos antinaturales, pero… ¿cuál es la clave para dar respuesta a todas las preguntas planteadas al inicio de este post?
Pues bien, vamos a analizarlo. Mi visión sobre los cereales en la dieta alcalina y de hecho no sólo en la dieta alcalina, sino en una dieta saludable, se basa en el equilibrio. Así de simple y directo. Creo que para entender en qué cantidad hay que tomar un alimento, hay que apelar al sentido común. Y en el caso de los cereales, sucede lo mismo.

Volver a sentarse en la mesa… tras las vacaciones
Hola!
Estos días no dejo de escuchar a la gente quejarse de lo dura que se les hace la vuelta a la rutina. Que si el calor, que si la poca motivación por su trabajo, que si los quilos de más que han ganado durante las vacaciones, que si la falta d energía, que vuelven más cansados que antes…
Lo cierto es que con la climatología no puedo hacer mucho, pero hoy estoy aquí para ayudarte a recuperar el equilibrio. Y es que las tapitas, las cervecitas y el resto de excesos veraniegos pasan factura queridísimo lector! Todos esos alimentos de los que abusamos en estas fechas nos acidifican, nos inflaman, congestionan y nos roban energía. Y claro, físicamente, nos sentimos casi peor que antes del verano.
Pues no te preocupes porque tengo buenas noticias. La primera es que esta semana voy a subir un vídeo hablándote de las tapitas del verano. Mi queridísima amiga Gogo Bela y yo, te contaremos en él, por qué no las aconsejamos, cómo reemplazarlas y algunos consejos y trucos que podrás empezar a poner en práctica desde ya, para que el resto del verano puedas seguir sobrellevando el calor en las terrazas. Y la segunda buena noticia es que en este post te voy a dar algunas claves que te ayudarán a recuperar el buen ánimo y a paliar el malestar producido por saltarte tu rutina entorno a la mesa.
CÓMO VOLVER A SENTARSE A LA MESA TRAS LAS VACACIONES
No sé si te sentirás identificado con esta situación, pero yo, cada vez que vuelvo de un viaje al extranjero, llego deseando comer más verde que un conejo. Es como si de repente mi cuerpo se muriera por una hojita de col, o de lechuga. ¿No te pasa?
O tal vez te sientas empachado, sin hambre, hinchado… hasta te molesta el olor de la comida.
Lo más habitual es que esto, además de lo comentado más arriba, sea señal de que necesitas limpiar tu intestino, que tras comer más y peor, está congestionado y con su delicada flora intestinal totalmente desequilibrada.
Necesitas un reset. Cómo lo hacemos?
- En primer lugar, es esencial beber agua limpia y alcalina durante todo el día. Mantenerse bien hidratado es fundamental para numerosas funciones vitales. Entre ellas, nos ayudará a limpiar el organismo por dentro y a evacuar a diario. Las infusiones, zumos, tés y demás bebidas no nos limpian por dentro como el agua, especialmente la alcalina, que tiene una estructura molecular más fina y penetra mejor en los tejidos. Para obtener agua alcalina tienes varias opciones:
- Añadir gotitas alcalinizadoras al agua embotellada.
- una jarrita que filtra y alcaliniza el agua del grifo.
- Y un sistema de ósmosis que además remineraliza y alcaliniza el agua llamado pHydro.
Desde mi punto de vista son las mejores opciones del mercado. Si te interesa el tema te recomiendo que te suscribas a mi canal de Youtube, porque pronto voy a colgar un vídeo hablando a fondo sobre el tema.
- También es importante estimular el tránsito intestinal, para ayudar a eliminar el exceso de toxicidad acumulada durante los días pasados. Para ello, puedes comenzar el día con un vasito de agua tibia con zumo de limón (hay que tomarla en ayunas). O si estás muy estreñido, también puedes tomar el líquido resultante de haber puesto en remojo la noche anterior, 1 cucharada de semillas de lino en medio vaso de agua. Por la mañana solo tendrás que colar las semillas y tomar el brebaje.
- Muy importante también que tengas presente que debes sentarte a la mesa con conciencia. Cuida los detalles que a simple vista pueden parecer sin importancia, como masticar bien la comida. Ten en cuenta que tu cuerpo está eliminando la toxicidad y a es posible que necesite un descanso digestivo en algún momento. Si eso sucede puedes hacer un ayuno de algunos días (siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud) o un ayuno intermitente. Eso sí, es imprescindible que aunque no comas comida sólida tres veces al día, bebas agua en abundancia, caldos de verduras y zumos o batidos verdes para mantenerte bien nutrido e hidratado.
- Mi recomendación es que desayunes zumo o batido verde. Pero toma una buena cantidad, como 1L o,5L. No es preciso que lo tomes todo de golpe, puedes írtelo bebiendo durante la mañana (eso sí, recuerda que es importante que lo mantengas frío para que no fermente y se malogren sus nutrientes). En mi blog encontrarás varias recetas de zumos y batidos verdes que te ayudarán a inspirarte.
- A la hora de comer, empieza siempre con una buena ensalada o una crema verde crudivegana. Es importante que le aportemos a nuestro intestino pre y probióticos para restaurar su flora bacteriana y volvernos a sentir bien.
- Y por último, también te ayudará añadir algún probiótico de calidad como el miso o el rejuvelac, ya que te aportarán bacterias amigas que ayudarán a limpiar y mantener en buen estado tu intestino.
Por cierto! La salud va más allá del plato. Recuerda que más allá de la comida, hacer un poco de ejercicio, practicar la meditación y cuidar de las relaciones son esenciales también para mantenernos sanos!

Por qué dejar de contar calorías!
La primera vez que escuché que las calorías era un concepto de lo más anticuado y que las dietas hipocalóricas no eran una solución efectiva ni saludable para perder peso, fue durante el Máster de Health Coaching en El Instituto de Nutrición Integrativa de NY.
Lo cierto es que me quedé de piedra, hasta donde yo sabía, era la única forma de equilibrar el peso. Pero, después de aquella conferencia magistral que todavía hoy recuerdo con admiración, entendí perfectamente la lógica y coherencia de aquellas palabras que abrieron un nuevo horizonte en mi mente y en mi forma de entender la alimentación. Y hoy quiero compartir contigo un poquito de aquello.
¿Por qué?
Pues porque creo que es el momento ideal. Se acerca el veranito, y muchos de nosotros, especialmente las mujeres, queremos recuperar la línea y eliminar algún que otro quilo de más que hemos acumulado durante el invierno.
Antes de nada, permíteme decirte algo que considero muy importante: No se trata de perder peso para lucir palmito, se trata de comer sano y equilibrado. La alimentación y la salud van de la mano. Así que olvídate de la moda, de los prejuicios y de lo que piensen los demás, de las tallas, de los estándares que te encorsetan y de todo aquello que te haga sentir mal. Lo más importante es estar saludable. No todos tenemos la misma constitución física, cada uno de nosotros es distinto, y por ello es importante aprender a aceptarse, respetarse y quererse. Y desde ese amor propio, construir una alimentación saludable que como consecuencia, lo más probable es que equilibre nuestro peso. Pero esto nunca debe ser el objetivo, sino la consecuencia de un camino que emprendemos hacia nuestro bienestar.
ALGUNOS DATOS SOBRE LAS DIETAS HIPOCALÓRICAS
“The Amerian paradox” (la paradoja estadounidense)*, un estudio publicado en 1997, afirma que no existe ninguna correlación entre la obesidad y el aporte calórico alimenticio.
Así de contundente es este estudio y muchos otros que se posicionan contrarios a este tipo de régimenes.
La razón por la que las dietas hipocalóricas no son efectivas es porque el cuerpo humano sabe adaptarse a cualquier situación de supervivencia. Éste posee mecanismos de auto-regulación inteligentes, y luchar contra esa naturaleza es hacer esfuerzos en vano. Con ello quiero decir que cuando reducimos la ingesta de calorías, el organismo varía sus rutas metabólicas para aumentar su rendimiento energético. Dicho de otro modo, reduce el gasto calórico o energético. Es por ello que muchas personas ganan peso al dejar este tipo de dieta, porque al recuperar la rutina, la tendencia del cuerpo será almacenar el exceso de calorías, reservándolas para posibles periodos de escasez futuros.
El profesor Brownell realizó un estudio* sobre dietas hipocalóricas con animales en laboratorio. La conclusión del estudio fue que este tipo de dietas son peligrosas, ya que en numerosos casos se genera una carencia nutricional en términos de micronutrientes (minerales, vitaminas, ácidos grasos…) y una mayor vulnerabilidad a padecer enfermedades, ya que el sistema inmunológico se debilita.
Otra de las razones de peso -y nunca mejor dicho- por las que las dietas hipocalóricas no son efectivas (ni recomendables) es porque limitan o eliminan la ingesta de grasa.
EL MITO DE LAS GRASAS
Aunque popularmente las grasas tienen una connotación negativa y se consideran perjudiciales, lo cierto es que hay que hacer un apunte crucial en materia de lípidos: Todas las grasas NO SON IGUALES.
Las grasas saturadas en menor medida, y las GRASAS TRANS principalmente, son las que realmente suponen un verdadero perjuicio para nuestra salud. Estas últimas aumentan significativamente los niveles de colesterol y es más, hoy en día existen ya numerosos estudios que las relacionan con enfermedades cardiovasculares.
Las grasas instauradas, que proceden de los vegetales como por ejemplo el aguacate, son de lo más completas y saludables. No sólo NO engordan, sino que constituyen una excelente fuente de energía, fibra dietética, ácidos grasos de saludables, minerales y aminoácidos, entre otros nutrientes. Además, las grasas vegetales son bajas en azúcares. Y atención porque esto es importante: ES EL AZÚCAR LO QUE TE HACE ENGORDAR, NO LAS GRASAS!
DIETA ALCALINA Y GRASAS
La dieta alcalina recomienda el consumo de grasas saludables, puesto que son una fuente de energía limpia que genera menos residuos ácidos tras su metabolización. Además, la mayoría de grasas vegetales suelen ser aptas para personas que no pueden consumir azúcares, ya que su Índice Glucémico es, por lo general, bastante bajo.
Por otro lado y haciendo referencia al papel que juegan las grasas en el organismo, permíteme que te cuente algo que te hará entender por qué no debes eliminar este macronutriente de tu dieta: La grasa cumple una importantísima función. Una función preventiva que consiste en almacenar las toxinas para aislarlas de la sangre, órganos y tejidos.
Me explico: Cuando la dieta es acidificante y el estilo de vida poco saludable, la cantidad de toxinas que el organismo genera aumenta. Esto no debería suponer un problema si se trata de un momento puntual, pero cuando comer mal, vivir en el sedentarismo, bajo estrés e infelices se convierte en nuestra rutina, la cosa se complica.
Si la toxicidad generada es mayor al ritmo de depuración que pueden seguir nuestros órganos filtradores naturales (pulmones, riñones, hígado, intestino y piel), el organismo recurre a un mecanismo de defensa natural: generar depósitos de grasa donde almacenar la toxicidad. De este modo, los ácidos quedan aislados del torrente sanguíneo, hasta encontrarnos en disposición de poder eliminarlos.
Por ello, es importante no eliminar el consumo de grasas de nuestra dieta, al contrario, es MUY SALUDABLE consumir alimentos ricos en ácidos grasos esenciales. Como ves, cumplen importantísimas funciones. Sólo tienes que saber qué grasas elegir y consumirlas del modo adecuado (siempre mucho mejor, crudas o con métodos de cocción de baja temperatura).
Si te ha resultado interesante, recuerda compartirlo con aquellos a quienes creas que les puede resultar útil!
BIBLIOGRAFÍA
Adrian F. Heini “Divergent trends in obesity and fat intake patterns : The American Paradox”. The American Journal of Medicine 1997.
Brownell KD. “The effects of repeated cycles of weight loss and regain in rats” Phy.Behaviour 1986, 38, 459-464

Té verde y dieta alcalina
ORIGEN DEL Y BENEFICIOS TÉ VERDE
El té verde se elabora con las hojas de la planta Camellia sinensis, y, a diferencia del té negro, éste es mucho más saludable y recomendable que el anterior.
Las hojas del té verde se recogen cuando todavía están frescas, (esta es la principal diferencia respecto al té negro y por ello contiene la mitad de cafeína que el té negro) después se secan y trituran para ser comercializados en forma de infusión. Es una bebida que se ha utilizado para favorecer la salud durante cinco mil años y sigue presente hoy en día haciendo gala de su buena fama.
Aunque el té contiene teína, que es la misma molécula que la cafeína, el té verde ejerce un impacto menor en el equilibrio del pH tras ingerirlo. Esto sucede porque la cantidad de cafeína es menor que en el café y además la absorción de la cafeína del té es mucho más lenta porque contiene el doble de polifenoles.
El té contiene además, unas substancias muy antioxidantes conocidas como catequinas, que son objeto de numerosos estudios y ejercen un muy favorable efecto en nuestra salud. Estudios demuestran también, que esta substancia supera el poder antioxidante de la vitamina E y la vitamina C por 20 y 100 veces respectivamente.
Por ello considero el té verde uno de los alimentos acidificantes saludables y recomendables para incluir en nuestra dieta dentro del 20% (proporción 80%-20%).
BUENAS RAZONES PARA SUSTITUIR EL CAFÉ MAÑANERO POR EL TÉ
Aunque el té contiene teína o cafeína, la cantidad que nos aporta una taza, supone la octava parte respecto a los mismos mililitros de café. El desequilibrio que ejerce en nuestro pH es mucho más sutil que en el caso del café.
Si echamos un vistazo a la cultura asiática, observaremos que Japón es uno de los países cuya población presenta una de las más altas tasas de longevidad. Hecho que coincide con elevado consumo de té verde, entorno al cual se realiza toda una ceremonia o ritual que forma parte de su más arraigada cultura.
Diveros estudios destacan sus innumerables efectos positivos en nuestra salud, desde su poder antiinflamatorio hasta su efecto regulador del colesterol.
MIS TRUCOS PARA SACARLE EL MÁXIMO PARTIDO
El té verde forma parte de mi dieta habitual, por ello en este post quiero compartir contigo mis mejores trucos y consejos sobre el mismo.
1. Apuesta siempre por el té biológico
Ya en muchas ocasiones te he hablado de lo importante que es apostar por alimentos orgánicos, y ello incluye también el té. Ten en cuenta que éste no deja de ser una hoja verde, que acumula una gran cantidad de pesticidas si no procede de un cultivo ecológico. Así que asegúrate de que así sea!
2. Mejor infusionado en frío
El té, igual que el café y que la mayoría de alimentos, pierde gran cantidad de propiedades si lo sometemos al calor. Igual que cualquier otra hoja verde, éstas son mucho más alcalinizantes si las consumimos crudas. Por ello, uno de mis trucos para infusionar el té es hacerlo en frío. Cómo lo hago? Muy sencillo: la clave está en utilizar agua alcalina para aumentar la conductividad y difusión de los principios activos del té.
Es más, te animo a hacer la prueba con agua ácida (pH >6) y con agua alcalina (pH 9). Comprobarás que en el primer caso el color del agua prácticamente no cambia y, en el segundo, el agua se tiñe de verde rápidamente.
Para alcalinizar el agua tienes varios métodos, desde comprar agua embotellada con pH por encima de 8 -aunque hay pocas marcas y son difíciles de encontrar en el mercado- , hasta utilizar una jarra filtradora y alcalinizadora o añadir al agua las gotitas PuripHy. (Recuerda que si quieres comprar alguno de estos productos puedes utilizar el código descuento AKSNT10 y mis amigos de Alkaline te lo aplicarán en la compra online!)
Así que, si tienes posibilidad, te recomiendo que tomes el té verde infusionado en frío, bien fresquito y acompañado de un poquito de limón y unas hojas de menta. Es una receta fácil, ligera, aromática y refrescante ideal para el verano!
3. Añádele clorofila!
Otro de mis trucos, éste nunca falta en casa: Añade un chorrito de leche de almendras y unas gotitas de clorofila líquida al té verde fresquito (nunca caliente!).
Esta es la manera perfecta de introducir la clorofila en tu alimentación si no te gusta su sabor, ya que éste queda totalmente camuflado por el del té. Así, estarás aumentando la ingesta de este pigmento verde con numerosas propiedades beneficiosas, y además estarás tomando una bebida doblemente saludable.
4. El té verde y los batidos, mejor por separado.
Si has navegado un poco por la blogsfera gastronómica y de salud, es probable que hayas encontrado más de una receta de batido verde que sustituye el agua por el té verde. Aunque es original y le aporta un sabor agradable, mi recomendación es que los tomes por separado, espaciando su ingesta al menos una hora. Por qué? Pues porque el poder antioxidante del té se reduce al consumirlo junto con las hojas verdes.
5. Té verde y aceite de coco
El aceite de coco es un ingrediente indispensable en mi cocina. Es probablemente el superalimento más versátil y que utilizo de más de distintos modos. Sin embargo, hay una práctica que realizo a diario y que te va a encantar y sorprender cuando la pruebes. El aceite de coco es una grasa de los más saludable, especialmente para el cerebro. De hecho, varios estudios demuestran ya que los ácidos grasos de cadena media del coco mejoran la función cerebral de los pacientes de Alheimer.
Suelo tomar una taza de verde a diario que, desde hace ya algunos meses, acompaño de una buena cucharada de aceite de coco. Lo bato bien y obtengo una deliciosa, aromática y espumosa bebida. Esta práctica la realizo a raíz de una conversación con una doctora en medicina alopática y naturista, que afirmaba que la cafeína ayudaba a transportar los saludables ácidos grasos del coco hasta el cerebro. Así que en casa, decidimos hacer la prueba y lo cierto es que nos ha sorprendido gratamente! Por qué? Pues porque tanto mi chico como yo, hemos notado una mejora en el rendimiento cognitivo, una mayor facilidad de concentración y un descenso en el agotamiento mental.
Así que te recomiendo que hagas la prueba y observes cómo te sienta!
Como novedad, te dejo también el post en formato vídeo 😉
Si te ha sido útil, recuerda compartir la información, no te la quedes sólo para ti!
BIBLIOGRAFÍA:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15123336
http://www1.cbn.com/video/coconut-oil-touted-as-alzheimers-remedy
Baladia E, Basulto J, Manera M, Martinez R, Calbet D. Effect of green tea or green tea extract consumption on body weight and body composition: systematic review and meta-analysis. Nutr Hosp. 2014; 2993):479-90.
Fujita H, Yamagami T. Antihypercholesterolemic effect of Chinese black tea extract in human subjects with borderline hypercholesterolemia. Nutr Res. 2008;28(7):450-6.

Mis consejos sobre germinados
Los germinados son los más tiernos brotes de una semilla. Están cargados de vitalidad, ya que son alimentos que concentran toda la energía que la semilla ha depositado en ellos para que de ésta nazca una planta, árbol o arbusto. Por ello los considero un alimento imprescindible en la dieta alcalina. Nos revitalizan, nos super-nutren, nos ayudan a reponer las reservas de minerales, nos aportan enzimas vivas, clorofila… entre otras muchas cosas.
Pero ya la mayoría sabemos qué son, cuáles son sus beneficios e incluso cómo hacerlos en casa. Por eso hoy, quiero centrarme en otro tema.
A menudo hablo con muchas personas que compran los germinados hechos porque no tienen tiempo de prepararlos en casa. Y eso está muy bien para aquellos que buscan una opción rápida. Yo misma lo hago para ganar tiempo cuando mi agenda está apretada. Pero… el pequeño inconveniente de comprar los brotes es que, perecen rápidamente. Por lo que, ya sea por falta de tiempo o por su rápida caducidad, muchas personas acaban por descartar la idea de incorporar germinados a su dieta.
CÓMO FACILITAR LA INCORPORACIÓN DE LOS GERMINADOS A LA DIETA
Estos tips o consejos va dirigido a todas esas personas que consideran complicada la inclusión de los brotes en su alimentación. Espero que os ayuden en esta tarea.
- Si preparas los germinados en casa, lo primero es comprar semillas ecológicas y que sean especificamente para brotar. Las semillas que compramos normalmente para el consumo han estado expuestas al calor y por lo tanto, no brotarán. O al menos, la mayoría de ellas, porque con la exposición al calor han perdido gran parte de su vitalidad!
- Unas vez te hayas decidido a comprarlas, asegúrate de comenzar por las semillas que brotan más fácil y rápidamente, como las de alfalfa. Así el proceso será más corto y te resultará más sencillo.
- Otro factor importante a tener en cuenta es el tipo de germinador que elijas. Los hay de muchos tipos, bandejas, bolsas, tarros de cristal… En este post, mis amigos de Conasi explican qué tipo de germinador es más adecuado para cada semilla (entre otros consejos interesantes).
- Si optas por comprar los germinados en lugar de hacerlos, cómpralos de calidad, y si los encuentras ecológicos, mucho mejor! Te recomiendo mi proveedor preferido, Can Garús, que dispone de una amplísima variedad de micro-brotes, micro-verduras, hierbas y flores y puedes hacer pedido online!
- También te aconsejo que los compres en bandeja pequeña, la cantidad para 1 o 2 días como máximo. No compres grandes cantidades porque éstos perecen rápidamente y no se pueden congelar.
- Si has comprado más de la cuenta, no te preocupes, puedes consumirlos rápidamente haciendo ensaladas, batidos de germinados, crackers con semillas, o añadirlos como topping a las cremas frías… Lo cierto es que quedan bien en cualquier plato, así que tú mismo!
- Otro truquillo que viene muy bien cuando los germinados están cerca de estropearse, es aprovechar para hacer rejuvelac (si no sabes qué es, don’t panic! pronto te cuento cómo hacerlo en un vídeo corto).
- Y por último, si te vas de vacaciones o tienes previsto hacer un viaje largo donde no sabrás si encontrarás brotes… No tienes por qué quedarte sin ellos! Los chicos de Conasi tienen disponible en su tienda web una opción maravillosa que yo misma utilizo y va genial 🙂 Se trata de una cajita que viene preparada con bolsitas llenas de semillas para germinar. Te dejo esta sencilla imagen que tienen en su web con la que nos explican muy bien el proceso de germinación con las bolsitas, en 5 pasos:
Además las bolsitas están hechas con almidón de maíz, es decir, son de material reciclable y natural. Tienes más información sobre las bolsitas aquí, donde también encontrarás un vídeo explicativo.
Hasta aquí mis consejos sobre incoporación de los germinados a la dieta.
Si quieres saber más sobre el tema, tienes peticiones, sugerencias, etc… déjame un comentario! Siempre los tengo en cuenta.
Un abrazo!

Antibióticos naturales
El otro día mi chico me contaba la conversación que había tenido con una doctora de origen danés por una visita de trabajo. Ella le comentaba que estaba en contra del mal uso y el abuso de los antibióticos que se realiza en España, poniendo como ejemplo su país de origen, en el que solamente administran medicamentos en ocasiones extremas, ocasiones realmente necesarias, y siempre comenzando por bajísimas dosis y evitando la medicación de amplio espectro. Así, decía, se evita generar una resistencia a los antibióticos y el sistema inmunitario se mantiene más fuerte.
Aquella conversación que me transcribió mi pareja me llevó a pensar…
Y antes de que existieran los antibióticos, antes de que cualquier «solución» llegara en forma de pastilla o cápsula ¿con qué se trataban nuestros ancestros? ¿qué hacían nuestros abuelos para afrontar una infección?
Así que me puse manos a la obra a investigar y encontré 12 alimentos que se utilizaban como antibióticos naturales tan solo unas generaciones atrás y que hoy comparto contigo.
ANTIBIÓTICOS NATURALES
Más allá de los mitos y cuentos de curanderos y sanadores que se hallaban en muchos pueblos de España unas cuantas décadas atrás, lo cierto es que en numerosas poblaciones sí habían personas que se dedicaban al estudio de las plantas y flores, y que transmitían su conocimiento de generación en generación. Obviamente, no se trataba de una ciencia exacta, era una práctica que se aleja mucho de la medicina actual. Pero muchos remedios naturales que proceden de entonces, han perdurado y sobrevivido a través del tiempo hasta la actualidad, reconociéndose su indudable efectividad.
¿Quién no sabe hoy que la manzanilla favorece la digestión y el malestar estomacal? ¿O que la jalea real es un estupendo reconstituyente natural?
Es más, nuestros antepasados también utilizaban alimentos y plantas para tratar las infecciones de manera natural. Efectivos o no, está claro que no existe un medicamento para curar todos los males, que la salud se construye día a día y que cada persona es diferente. Pero sí creo que incluir alimentos como éstos en nuestro menú enriquece nuestra dieta y fortalece nuestro sistema inmunitario. Así que aquí tenéis el listado que he recopilado tras un poco de investigación.
Ajo: El ajo es uno de los alimentos más típicos y tradicionales de la cultura culinaria española e indudablemente, el hecho de que Hipócrates lo recetara en la antigua Grecia para tratar diversas enfermedades, anticipa el potencial de este alimento. Hoy, gracias a diversos estudios realizados sobre el ajo, sabemos que la clave del mismo reside principalmente en la alicina, un compuesto azufrado responsable de su poder antibiótico.
Orégano: El orégano tal vez sea el ingrediente más utilizado por los italianos. Está presente en todas la pizzas y en la mayoría de sus recetas de pasta. Tal vez sea el alimento más saludable que podemos entre sus ingredientes. Además de ser conocido por sus propiedades antibacterianas, se le atribuye la facultad de favorecer la digestión.
*Puedes añadirlo a casi cualquiera de tus platos, aunque queda especialmente bien en recetas de pizza y pasta.
Cúrcuma: La cúrcuma es una raíz de color naranja intenso y sabor potente. Tal vez sea el antibiótico natural más utilizado en la India, país de donde procede y en que lo utilizan no sólo para su consumo sino que también aplicándolo a nivel cutáneo.
*Es una especia fantástica para arroces, sopas y cremas exóticas. Su aroma nos trasladará directamente a la India.
Equinacea: La equinacea es una planta que se utilizaba originariamente por los indios americanos para curar las heridas causadas por flecha o por los mordiscos de las serpientes.
Pero además de poseer propiedades antibióticas, hoy en día podemos encontrarla en la mayoría de herbolarios bajo la prescripción de ayudarnos a aumentar las defensas.
Miel: Probablemente fueron los Romanos quienes popularizaron el uso de la miel como antibiótico natural. Y hoy en día, la miel sigue siendo uno de los alimentos más conocidos por poseer tal efecto. En concreto, la miel de manuka es la más reconocida por su eficacia para tratar afecciones de la piel como quemaduras, acné, infecciones por hongos.
Clavo de olor: El origen de esta especia se halla en China, donde se utilizaba ya en el año 266aC para combatir la halitosis, especialmente antes de visitar al Emperador. Pero Oriente también utilizaba esta planta como anestésico para calmar el dolor y como antibiótico natural.
El clavo es la planta con mayor contenido en eugenol, un componente que se utiliza en la medicina natural por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
Romero: El romero es una planta aromática de origen mediterráneo que se utiliza mucho en la cocina para infinidad de platos tradicionales.
Sus principales usos medicinales son: Se utiliza como digestivo para equilibrar los desajustes intestinales; como tónico hepático; como antibiótico natural y también parael cuidado y la belleza de la piel.
Astrágalo: Es astrágalus es una planta fundamental en la milenaria medicina china. Se le conoce también por los nombres Huang Qi y Be Qi. Tradicionalmente se utiliza para combatir la fatiga y el cansancio, aumentando la vitalidad y las defensas. Aunque sus usos se extienden mucho más allá: como antioxidante, como preventivo de los daños oxidativos, como expectorante, etc. Si quieres saber más sobre sus propiedades te recomiendo este artículo.
Aceite de coco: Puede que el coco sea uno de los alimentos que más me gustan en todas sus versiones. Su aceite es maravilloso para elaborar postres crudiveganos, para hidratarse la piel y el cabello, para hacer enjuagues bucales e inlcuso para utilizarlos como antibiótico natural. El ácido láurico presente en el mismo actúa como bactericida, fungicida y antivírico.
Aunque estos son solamente algunos ejemplos, existen infinidad de alimentos con propiedades antibióticas, así que te animo a investigar las propiedades de los alimentos autóctonos de tu zona. Seguro que te sorprenden! Recuerda también seguir una dieta variada y rica en alimentos de origen vegetal, porque no hay mejor medicina que la que masticamos en cada bocado de nuestra comida.
Fuentes:

Cuestión de huevos
Algunos de vosotros me habéis preguntado en más de una ocasión si como huevos.
Hoy quiero abordar este tema porque creo que el huevo se merece un post bien completo!
La respuesta es que sí. Como huevos. Los incluyo en mi dieta ocasionalmente y de forma muy selectiva. Con esto me refiero a que elijo muy bien los huevitos que voy a comer. Normalmente se los compro a una encantadora pareja que tiene una parada ecológica en el mercado de los sábados de Ripoll. Estos chicos son adorables, tienen unas 30 gallinas a las que cuidan con mucho cariño, corren libres por su amplia parcela de terreno, comen más que bien y hasta les han puesto nombre a todas!
También es a ellos a quienes compro de vez en cuando miel de distintas variedades. Porque sé con toda confianza que la miel que les compro procede de un apicultor responsable, su vecino. Tanto es así, que el invierno pasado apenas pude conseguir 1 botecito de miel de castaño. Por qué? Porque el chico se aseguró muy bien de que las abejas tuvieran miel suficiente para pasar bien el invierno. Y lo que sobró, sólo lo que sobró, es lo que pude comprar.
Así que, aclarado este punto, te animo a que si decides incluir el huevo en tu dieta, cuides muy mucho su procedencia. Tanto como te sea posible.
Ahora vamos al siguiente paso, ¿por qué incluyo el huevo en mi dieta?
Hace unos seis meses, durante el verano pasado, me percaté de que se me estaba cayendo muchísimo cabello. También perdí varios quilos en poco tiempo y aunque, lo achacaba al cambio de estación y al ritmo de trabajo, decidí hacerme un análisis de plasma vivo. Para los que no conozcáis el método, os explico que éste analiza la sangre antes de que ésta se seque, cuando los glóbulos rojos, blancos y cualquier microorganismo que habite en ella, todavía se puede ver en movimiento a través de un microscopio de amplísimo aumento.
Al realizarme el análisis, la microbióloga me comentó 2 cosas:
La primera, que tenía un parásito, heredado, que no me permitía metabolizar del todo bien los alimentos.
Y la segunda, que me faltaban aminoácidos, por eso perdía cabello.
Aunque mi alimentación es de lo más rica en nutrientes y equilibrada (y así me lo corroboró la bióloga tras explicarle en qué consistía mi dieta), a veces, por muy bien que comamos, necesitamos un tratamiento específico en base a nuestras características y peculiaridades individuales.
Por aquel entonces no comía huevo, puesto que, como el resto de alimentos del reino animal, éste posee una carga bacteriana bastante elevada. Es decir, mucha toxicidad. También había dejado de comerlos por razones éticas que mis queridos amigos veganos seguro comprenderéis.
Pero seguí el consejo que se me dio aquel día en la consulta: incluir huevos ecológicos en mi dieta. Fue el único factor que alteré, mi dieta sigue siendo riquísima en vegetales, grasas saludables, legumbres, algo de fruta…etc. Pero ese pequeño gran cambio, ha marcado una diferencia. Pronto empecé a recuperar peso, se frenó la caída del cabello y en general me siento mejor.
Cabe decir que también seguí un tratamiento para eliminar el parásito en cuestión, y que hay semanas que no pruebo ni un huevo, pero sí está presente en mi plato de manera ocasional, cuando me apetece.
Por otro lado, tras leer muchas opiniones sobre el huevo y haber experimentado cómo me sienta a mí, llego a la conclusión de que el huevo es un alimento muy completo. Posee proteínas de alto valor biológico y los últimos estudios que he leído concluyen que (aunque hace años que se le achaca tal perjuicio) el huevo per se no eleva el colesterol. Como siempre, la clave está en cómo lo cocinemos. Si desayunamos dos huevos fritos con chorizo, evidentemente, no será lo mismo que desayunar un huevo hervido y acompañarlo de espinacas. Verdad? Es sentido común.
Del mismo modo, una verdura refrita deja de ser un alimento altamente nutritivo, alcalinizante y depurativo para transformarse en una bomba acidificante y poco saludable. Pierde su esencia, su clorofila y sus nutrientes.
Pues lo mismo sucede con el huevo.
Imagino que a estas alturas te estarás preguntando entonces… ¿debería yo también comer huevo?
La respuesta es… No necesariamente ¡Depende!
Todos y cada uno de nosotros somos distintos. Nuestro color de piel, de ojos, de cabello, nuestra complexión o estatura, nuestro grupo sanguíneo… y muchos otros parámetros son distintos. El perfil biológico de cada persona es ligeramente diferente y así pues, es lógico que nuestras necesidades alimenticias también puedan variar en función al mismo.
Desde mi punto de vista, la base es siempre la misma. Lo importante es que la alimentación sea alcalinizante, es decir, lo lógico: que incluya abundantes verduras, frutas, semillas y frutos secos pero también legumbres, algas y cereales integrales. Y que limite o excluya los azúcares y harinas refinadas, los alimentos procesados e industriales, la bollería, la carne, especialmente la procesada,los lácteos, el alcohol…etc.
Pero más allá de la base, hay pequeños ajustes permisibles puesto que yo creo firmemente en la bioindividualidad de cada ser!
A medida que pasa el tiempo, cada vez me convenzo más de que existen determinados grupos de alimentos, que a algunas personas le sientan mejor y a otras peor. Es decir, hay personas que toleran bien el gluten y hay otras que no. Algunas incluyen con medida los lácteos y otras no pueden ni verlos. Otras siguen una dieta flexiteriana en la que el pescado está presente en sus menús, etc.
¿Quién es el que come mejor de todos ellos? ¿Quién es el que está mejor alimentado?
Pues todos y ninguno. Porque son diferentes. Esa es la realidad.
Con el huevo, sucede lo mismo. Si por cuestión de principios lo excluyes de tu dieta y te sientes bien física y mentalmente, entonces perfecto!
Si hay razones (como en mi caso y que he expuesto más arriba) por las que crees que el huevo es un alimento importante en tu dieta y te sientes bien incluyéndola en la misma, pues entonces, perfecto también!
Nuestras elecciones son únicas e intransferibles y somos totalmente libres de optar por una dieta vegetariana, ovolactovegetariana, vegana o del tipo que sea sin rendir cuentas a nadie. Siempre y cuando nuestra salud esté bien y nosotros en paz con nosotros mismos, adelante!
Así que queridísimo lector, en resumen decirte, que lo más importante es que te alimentes bien, pero que el interés por comer sano no se convierta en una preocupación que te haga sentir agobiado, encorsetado o asfixiado. Encuentra tu equilibrio, en el que te sientas cómodo, saludable y satisfecho.
OTRAS CUESTIONES RELATIVAS AL HUEVO:
Cómo saber si es fresco?
Para saber si el huevo es fresco, podemos realizar una facilísima comprobación:
Llena un vaso con agua, si el huevo se hunde, es fresco. Si flota, ya no lo está.
Numeración de los huevos
Por normativa, los huevos deben llevar una numeración impresa en la cáscara de los mismos, que los clasifica en base a 4 números, que van desde el 0 hasta el 3.
- 0: Nos indica que proceden de gallinas que son alimentadas con pienso ecológico, sin insecticidas ni alimentos transgénicos, y además son criadas en libertad. Lo ideal es intentar siempre comprarlos de este tipo, aunque es difícil encontrarlos en grandes superficies.
- 1: Quiere decir que las gallinas se alimentan de pienso natural y que tienen libre movimiento, es decir, que viven en naves pero tienen acceso al exterior.
- 2: Estos huevos provienen de gallinas que viven en naves. No están en jaulas pero viven hacinadas de manera horizontal. Es decir, hay tantas gallinas en la nave que su movilidad se ve limitada.
- 3: Los huevos identificados con el 3 proceden de gallinas que viven en jaulas organizadas verticalmente para maximizar el espacio de la nave. Viven en un espacio tan reducido que NO tienen movilidad. A menudo se les amputa el pico. Tienen comida y agua disponibles durante todo el día y se las ilumina de modo estratégico para aumentar al máximo su productividad.
Por si te estás preguntando cómo influye las condiciones de vida de las gallinas en el valor nutricional de sus huevos, te dejo aquí un post del Dr. Mercola de lo más interesante donde profundiza en el tema.
Y por último, para cerrar el post, si se te ha hecho la boca agua con las fotos que lo acompañan, decirte que esta receta de transición a la alimentación alcalina, la publicaré muy prontito en el blog. Así que estate atento para no perdértela! porque es mi forma preferida de comer huevo 🙂
Si te ha gustado el post, no te lo guardes, compártelo para que llegue a todo aquel a quien le pueda ser útil.
¡Felicísimo día!

Receta de transición: Risotto de trigueros y queso vegano
Hace tiempo que tenía en mente incorporar esta nueva sección al blog, pero hasta hoy no había podido encontrar un ratito para dar rienda suelta a esta nueva idea 🙂
En esta sección voy a compartir con vosotros recetas de «transición». Es decir, recetas que contendrán algún ingrediente acidificante pero saludable. Como por ejemplo el arroz, que es el protagonista de la receta de hoy.
¿Por qué he decidido inaugurar esta categoría? Pues porque la dieta alcalina, siendo puristas, excluye muchos alimentos como los cereales o los huevos, a los que estamos muy habituados en nuestra rutina alimenticia y a los que nos cuesta renunciar, no sólo porque nos gusten, sino por su versatilidad en la cocina. Si eliminamos de la noche a la mañana todos los alimentos que estamos acostumbrados a incluir en nuestra dieta, es posible que tiremos la toalla durante el camino hacia el cambio y abandonemos nuestra meta.
Si por el contrario, realizamos la transición de forma paulatina, poco a poco podremos instaurar nuevos hábitos, aprenderemos a organizar nuestra despensa, a sustituir ingredientes acidificantes por otros saludables, a cocinar de forma más sana… etc.
Así pues, he decidido empezar por un risotto, manteniendo el arroz en su forma integral y sustituyendo el queso por queso vegano y alcalinizante, que es muy fácil de hacer y nos aporta grasas saludables. Además este queso le dará al risotto la misma consistencia que si llevara queso tradicional.
Como verdura protagonista de la receta, he elegido el espárrago, ya que éste, además de ser muy alcalinizante, tiene interesantes propiedades para la salud, como su riqueza en zinc (mineral indispensable para el equilibrio ácido-base, para la buena salud del cerebro y para prevenir la caída del cabello, ya que en otoño entramos en temporada de caída).
Además los espárragos son ricos en ácido fólico, vitamina C y betacarotenos y también son muy depurativos, ayudándonos a drenar la retención de líquidos.
¿Preparamos nuestro risotto vegano?
- 200 g de arroz integral
- 1 hojita de alga kombu
- 1 manojo de espárragos
- 2 ajos
- 1 cebolla
- 1 manojito pequeño de cebollino
- Sal del Himalaya
- Ricotta de anacardos (receta aquí)
- 1/4 T de agua
*Medidas:
- T: Taza
- C: Cuchara
- c: cucharita
- Para cocinar el arroz, necesitaremos el doble de agua que de arroz, es decir, 1 Taza de arroz por 2 de agua. Pon a hervir el agua en una cazuela y añade el arroz y el alga kombu. Tapa y lleva a ebullición. Cuando el agua rompa a hervir baja el fuego para que el arroz hierva lentamente.
- Mientras tanto, prepara los ingredientes, cortando en láminas los ajitos, la cebolla y picando el cebollino.
- Una vez el arroz haya absorbido toda el agua de la olla, apaga el fuego y reserva.
- Pon a calentar una sartén grande, añade 1/4 T de agua y unas gotitas de aceite. Añade la cebolla y el ajo y deja cocinar hasta que la cebolla esté transparente.
- Una vez tengas lista la cebolla, añade los espárragos. Si el agua se ha evaporado, añade 1/4 de taza más.
- Cocina los espárragos 3 minutos y añade el arroz, el cebollino y la sal. Mezcla bien y deja cocinar 2 o 3 minutos más.
- Por último, apaga el fuego y añade la ricotta, mezcla bien para que se deshaga con el calor residual de la sartén.
- Sirve y disfruta!
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