
Yogur de chirimoya sin fermentos
Hace días que tengo en mente compartir esta receta contigo. Si me sigues en las RRSS o sueles leer mis recetas, ya sabrás que me gusta apostar por la sencillez, por no complicarnos la vida cuando traspasamos el umbral de la cocina. Porque si comer bien supone invertir horas y horas cocinando, acabamos abandonando a medio camino de la meta. Y ese no es el objetivo, verdad?
Verás que esta receta es un claro ejemplo de esa sencillez que defiendo y divulgo.
Aunque considero interesante añadir fermentos saludables en nuestra alimentación, tampoco hay que hacer un abuso comiendo fermentos en abundancia, indefinidamente. Por lo que personalmente, suelo alternar los yogures que preparo en casa. A veces los fermento y otras no. Y lo cierto es, que también depende del tiempo del que disponga. Estoy segura de que te sientes identificado con esto: «me gustaría hacer tal receta pero requiere esperar 12 horas…» , y no te da la vida.
Pues bien, esta receta es para ti, o para aquellos momentos en los que no quieras invertir una noche en esperar a que las bacterias hagan su labor fermentando el yogur.
La base de este yogur es la chirimoya. Una fruta que está acabando la temporada y que encontrarás en casi cualquier frutería. Por su textura y dulzor natural, no necesitas más que batirlo y obtendrás una crema muy parecida al yogur. Es una pasada, facilísimo y extra rico! Créeme.
Además, te voy a dar algunos consejillos adicionales para preparar esta receta, que te van a ser muy útiles para alargar la caducidad de la misma.
En primer lugar, te recomiendo que utilices agua de calidad, idealmente alcalina. Si todavía no sabes de qué va el tema, te recomiendo mucho que le eches un vistazo al webinar sobre el agua que impartí hace unos meses. Es un tema interesantísimo y te aseguro que la diferencia entre beber agua de calidad y un agua llena de impurezas es abismal. De hecho, el agua es la base. Más importante que comprar alimentos ecológicos, más importante que añadir superalimentos a tu dieta. El agua es lo primero y lo que va a marcar un antes y un después en tu alimentación y en tu vida. Por cierto! si te decides a ver el webinar, te aviso de antemano, tarda un minutito en empezar. Así que paciencia!
Y volviendo al meollo del asunto, por qué es importante utilizar agua de calidad y alcalina para la receta?
Pues en primer lugar, porque el agua del grifo contiene cloro, lo que produce una reacción química al entrar en contacto con la materia orgánica (chirimoya) generando trihalometanos, unas substancias altamente tóxicas que estoy segura de que querrás evitar. Y en segundo lugar, porque el agua filtrada y alcalina alargará la vida del yogur. Ya sabes que en un entorno alcalino, las bacterias tienen mayor dificultad para proliferar, verdad?
Por otro lado, si añadimos aceite de coco, que es antifúngico, antibacteriano y antiviral. Es decir, un super killer de bichitos non gratos! Tanto es así que una vez intenté fermentar un yogur al que le había añadido un poquito de aceite de coco y me fue imposible. Ni añadiendo bacterias para que lo colonizaran!
Otra cosilla a tener en cuenta en la receta, la maca en polvo es para darle un toque afrodisíaco, pero es prescindible. Igual que las bayas de Goji que he utilizado como topping. Puedes omitir ambas y/o sustituirlas por tus superalimentos favoritos o simplemente un puñado de semillas. 😉
Pues nada más, dicho todo esto ya puedes ir directo a la receta pinchando en el botón de aquí debajo. Espero que la disfrutes mucho!
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Hola! Me enviarias la lista de alimentos alkalinos ? Muchisimas gracias! Me...
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Hola guapa! te contesto por email ;) Un abrazo, Nadia
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