
BASE PERFECTA PARA PIZZA RAWLCALINA
Cuando entro en la cocina a experimentar con una receta disfruto como una niña. La verdad es que me encanta cocinar porque cuando creas ago nuevo, nunca sabes cuál va a ser el resultado final hasta que te llevas un pedacito del experimento a la boca. Siendo sincera, no siempre obtengo el resultado que tenía en mente. Reconozco que a veces durante el proceso, por distintas razones, acabo transformando la receta en algo distinto porque se ajusta mejor que la idea inicial.
Y eso es lo que me pasó el otro día precisamente, tenía previsto hacer unos burritos crudiveganos a base de semillas y verduras, pero cuando probé un pellizquito de la masa que estaba en la deshidratadora, su sabor me recordó tanto al de la pizza, que decidí darle un giro a la receta. Así que aumenté el tiempo de deshidrado y con un par de detalles adapté la receta a una deliciosa base para pizza rawlcalina.
Sí sí, rawlcalino -crudo + alcalino- es el concepto que utilizo muchas veces en mi cocina, porque apuesto mucho por el crudo pero siempre intentando preservar la alcalinidad en la receta, que es lo que para mí prima por encima de cualquier otra condición.
Espero que este ejemplo os sirva para que os animéis más a investigar y experimentar por vosotros mismos, porque cuando consigues un resultado rico y saludable, el placer por la sorpresa es doblemente mayor. De momento, os animo a que probéis esta deliciosa base. Vamos, ¡Manos a la masa!
Para la base:
- 2 de calabacín cortado a dados
- 1 tomate grande troceado
- 2 T de semillas de lino molido
- 2 C de chili
- 2 ajos
- 2 c de sal del Himalaya
- 1 c de hierbas provenzales
- 1/4 T de trigo sarraceno
Para la salsa:
- 2 zanahorias
- 1 tomate
- 1/2 puerro
- 1 cucharada de mantequilla de almendras
- sal al gusto (del Himalaya)
- 1 C de aceite de oliva virgen extra
- 1 pimiento rojo
- 2 C de hierbas provenzales
- 1 puñado de olivas negras
- 3 ajos
- 1 pellizco de chili en polvo
Para finalizar la pizza:
- 1 cebolla pochada y cortada en juliana
- 3 portobello laminados
- 2 pimientos verdes cortados en juliana
- Nueces de macadamia ralladas
- Orégano
Coloca todos los ingredientes en la batidora, empezando por los líquidos y a continuación los sólidos. Bate hasta obtener una textura homogénea y sin grumos. Debe quedar bastante espesa, que cueste esparcirla.
Una vez lo tengas, coloca una hoja de teflex sobre las bandejas del deshidratador que vayas a utilizar. Coge un cucharón de la mezcla y poco a poco vuécalo sobre la bandeja forrada. Probablemente te quede un circulito de bastante grosor. Con ayuda de una espátula, espárcela bien respetando la forma circular hasta obtener un grosor de 4 mm aprox.
Una vez tengas todas las bandejas listas, introdúcelas en el deshidratador y deshidrata a 40º durante 12 horas. Pasado ese tiempo, dale la vuelta a la masa. Es posible que al coger la masa para darle la vuelta, observes que queda algo de masa tierna pegada al papel teflex. Si es así, retira el papel de hornear y coloca uno nuevo antes de colocar la masa de nuevo. Deshidrata unas 3 horas más.
Et voilà, ya tienes tu base perfecta para pizza rawlcalina. Ahora es cuestión de añadirle la salsa que prefieras y los ingredientes que más te gusten. Yo utilicé una salsa picante a base de tomate y zanahoria y le añadí un queso vegano que compré, champiñones Portobello, pimiento verde y orégano. Puedes darle un golpe de horno para fundir el quesito vegano, pero realmente no es necesario y a nivel nutricional ya sabéis que es mejor todo crudito. Pero eso queda al gusto del comensal. Que la disfrutes 🙂
2 respuestas
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Hola Nadia, gracias por la receta, tengo que probar esta base de pizza, una duda, con esta cantidad cuántas bases salen? y luego esta base ya deshidratada la puedo conservar, cómo y cuánto tiempo dura? Muchas gracias!!
Hola Esther!
a mí me salieron 3 bases de tamaño mediano.
Para conservarla lo mejor es en un tupper hermético y en la nevera. Yo la he conservado de una semana para otra en perfecto estado, pero imagino que durará bastante más tiempo, no sé decirte cuánto exactamente porque en casa nunca duran más de 1 semana 🙂
Un besazo,
Nadia