Hace días que el cuerpo me pide comida thai, tengo que confesar que me encanta y como me gusta ser flexible y escuchar a mi cuerp, le di lo que me pedía. La dieta alcalina promueve el consumo de vegetales crudos, pero no es tan estricta como la crudivegan. Personalmente, creo que limitarse es un inconveniente en la cocina, y prefiero combinar crudos y cocinados para lograr resultados originales y deliciosos como el de la receta de hoy.
En fin, que antes de pensar esta receta, cerré los ojos y retrocedí en el tiempo, volviendo al viaje que hice a Tailandia hace un par de años y buscando allí. Navegué por mis recuerdos olfativos y rastreé los sabores que me iban viniendo a la memora hasta encontrar la inspiración. ¡Y vaya si la encontré!! El resultado ha sido justo el deseado, delicadamente especiado, con un toque picante y exótico, ideal para esos días más fresquitos en los que el cuerpo necesita más energía para mantener la temperatura corporal. Me encanta hacer que cada día sea especial con pequeños detalles como un plato que se salga de la rutina o dedicarme un rato para hacer una actividad diferente que me haga sentir feliz. Un momento especial para mí, para desconectar, relajarme y dejarme llevar, es dedicar un tiempo a cocinar, por ejemplo haciendo esta receta con mucho cariño, consciente de que cada ingrediente está captando la energía y el amor que pones en la elaboración del plato. Cuida los detalles, mima tus creaciones, decora los platos y hazlos atractivos! disfruta del ritual de cocinar y de comer después! poder nutrirte con deliciosas recetas como ésta es todo un regalo. ¡Así que disfrútalo!
Consideraciones sobre la receta:
Puedes sustituir o añadir las verduras que prefieras a esta receta, pero el jengibre, el cilantro, el curry y la guindilla son ingredientes básicos que no te recomiendo sustituir, puesto que son, junto con la leche de coco, los que le aportan el toque exótico thai al plato.
Este plato, tradicionalmente no lleva trompetas amarillas, sino champiñones ostra, pero a mí me gusta más esta variedad, puedes elegir el tipo de hongo que más te guste. Y como te indicaba más arriba, si prefieres que el plato sea 100% alcalinizante, entonces omítelas, lo dejo a tu elección, yo me he dado el capricho porque todos los ingredientes excepto éste son alcalinizantes y no me gusta ser tan estricta teniendo en cuenta que mi alimentación se basa en un 90% en alimentos crudos y alcalinizantes. Además las setas le sientan genial a la receta!
Te recomiendo seguir los tiempos de cocinado que te indico, de este modo, evitarás que las verduras se calienten demasiado y mantendrán mejor sus nutrientes, enzimas y vitaminas.
En las recetas que como ésta, no son crudas al 100%, es aconsejable utilizar algún sistema de cocción que preserve los nutrientes de los alimentos. Yo utilizo la marca Renoware cuando me da por cocinar algún plato, pero hay muchas otras igual de efectivas.
Y ahora sí, ¡pasamos a la receta!
PARA LA PASTA:
– 2 calabacines grandes
– Sal del Himalaya
PARA LA SOPA:
– 1/2 litro de caldo de verduras
– 400 ml de leche de coco
– 1 puñado de trompetas amarillas (éste es el único ingrediente no alcalinizante, para una sopa 100% alcalinizante, omítelo)
– 1/2 cebolla
– 2 dientes de ajo
– 4 rodajas de jengibre
– 2 ramitas de cilantro
– 1/2 pimiento rojo cortado en rodajas muy finas
– 1 pimiento verde pequeño cortado en rodajas muy finas
– 1 chorrito de limón
– 1 cucharadita de curry
– 1 guindilla
– Sal del Himalaya al gusto
Pela los calabacines y espiralízalos. Colócalos en un bol y añade un par de cucharadas de sal del Himalaya. Mézclalo todo bien hasta que notes que el calabacín comienza e expulsar el agua. Ponlos en un colador con un bol debajo y déjalos al menos una hora para que suelten la mayor parte del agua. De este modo, tendrás unos noodles raw, totalmente flexibles y moldeables. Ideales para la sopa!
Pon en una olla el caldo de verduras, añade el agua que han soltado los calabacines y la leche de coco y mézclalo bien. Espera hasta que empiece a hervir para añadir el ajo, el cilantro, la guindilla y el jengibre. Tápalo y déjalo hervir durante un par de minutos. Añade ahora la cebolla, la sal del Himalaya, el curry y el azúcar de coco. Vuélvelo a tapar y mantenlo a fuego lento 5 o 6 minutos. Pasado ese tiempo, deja enfrar un poquito y añade las trompetas amarillas, el pimiento verde y el pimiento rojo. Déjalo reposar, tapado, durante un ratito hasta que el plato se temple y, cuando esté tibio, ya lo puedes servir en un bol y añadir la cantidad deseada de noodles.
Bon apétit!
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